jueves, 12 de enero de 2012

La búsqueda de la voluntad de Dios

 

Leer | 1 JUAN 5.14-15
Enero 12, 2012Los padres enseñan a sus hijos muchas tareas, desde saber qué ropas combinan, hasta cómo manejar el dinero. Pero es posible que la habilidad más importante que podemos enseñarles, sea cómo seguir la dirección de Dios.
Tenemos la bendición de que nuestro omnisciente y poderoso Padre celestial está dispuesto a darnos a conocer su camino. Dios quiere revelarnos exactamente qué hacer en cada situación. De hecho, Él promete: "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Sal 32.8). Veamos cómo podemos discernir la voluntad de Dios en cada encrucijada.

El primer paso es asegurarse de que nos hemos arrepentido de todo pecado. Tratar de escuchar a Dios mientras hay iniquidad en nuestro corazón, es como usar una brújula indescifrable. Después de confesar y arrepentirnos, podemos pedir dirección.
Luego, debemos leer la Biblia con regularidad y con un corazón abierto. Ésta es como una lámpara en un camino oscuro (Sal 119.105). El último paso involucra al Espíritu Santo de Dios que mora en nosotros —el regalo maravilloso que el Padre celestial ha dado a cada uno de sus hijos. El Espíritu imparte verdad y dirección cuando leemos la Biblia y oramos. Debemos escuchar con paciencia su dirección, que por lo general nos llega de manera silenciosa a nuestro corazón cuando pasamos tiempo con Dios.

Al pedirle al Señor que nos indique su voluntad, no debemos esperar respuestas inmediatas. La disciplina de esperar forja el carácter, mientras que, precipitarnos nos hace perder lo mejor de Dios. Tómese el tiempo para buscar el plan del Señor para su vida, pues Él le proveerá lo que necesite para seguirle.

Escollos en la búsqueda de la voluntad de Dios


Leer | ISAÍAS 40.31 
Como pastor, la gente me pregunta con frecuencia cómo tomar la decisión correcta en circunstancias difíciles. Lamentablemente, veo que muchas personas cometen errores en este aspecto.

Por ejemplo, algunas oran a toda prisa; le piden al Señor que les dirija, pero no escuchan su respuesta. En vez de eso, toman su propia decisión y confían en que Él la bendecirá. Sin embargo, esperar que Dios bendiga lo que no es de Él, hará que desaprovechemos lo mejor que tiene para nosotros. Por eso debemos estar conscientes de varios escollos que impiden escuchar su dirección de manera precisa.
Primero, esté consciente de los deseos carnales.

Todos los deseos no son malos, pero a veces se vuelven peligrosos cuando consumen nuestros pensamientos. Con el tiempo, podemos creer que el resultado que deseamos es la voluntad de Dios, cuando en realidad no estábamos escuchando su voz. Segundo, tenga cuidado con los consejos desacertados. Hasta los amigos más bienintencionados pueden desviarnos. Debemos buscar el consejo de quienes caminan con el Señor y están anclados en su Palabra.

Tercero, tenga cuidado cuando se sienta impaciente, inseguro o presionado de alguna manera. Estas emociones pueden llevarle a tomar decisiones imprudentes. La paciencia es difícil, pero la voluntad perfecta de Dios vale siempre la espera.
Tome la decisión de seguir la dirección de Dios. Para ello, limpie su corazón, pida orientación, espere y escuche. Cuando usted aceptó a Cristo como su Salvador, el Espíritu Santo entró en su corazón y le selló como hijo de Dios. Él le enseñará cómo vivir y recibirá su dirección, si la pide y cree.
Tomado de: www.encontacto.org

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