domingo, 26 de febrero de 2012

El principio de siembra y cosecha

Leer GÁLATAS 6.7-10

Satanás quiere hacernos creer la mentira de que nuestras acciones no tienen consecuencias. Pero la verdad es que usted no puede rebelarse contra Dios y no cosechar el fruto de esa decisión más adelante. Tampoco puede obedecer a Dios sin recibir bendiciones. Las decisiones que tome son las semillas que planta, y determinan el tipo de cosecha que recogerá en el futuro.

La base de este principio es que todas nuestras decisiones son importantes. Nuestra manera de pensar y actuar tiene importancia, y no solo para nosotros. Nuestras decisiones influencian siempre a otras personas, para bien o para mal. Piense en las semillas que sembraron otras personas, y que han afectado su visión de sí mismo y del mundo. Usted las rechazó o las aceptó, y las cosas que usted aceptó se manifestaron al final en su vida.

En algún momento, todos hemos tomado decisiones que hemos lamentado. Es posible que usted se encuentre acosado o incluso gobernado por cosas que ha visto, dicho, o en las que ha participado. Pero Dios perdonará todo aquello de lo cual se arrepienta sinceramente, y le ayudará a reparar el mal de sus decisiones. El camino a la redención incluye a menudo obstáculos, pero el Espíritu Santo puede ayudarle a vencer. Ponga su carga delante del Señor cada vez que sienta su peso, y pídale que le limpie y le convierta en la persona que Él ha querido que sea.

Hágase estas tres preguntas: ¿Qué clase de vida quiero vivir? ¿Cómo quiero que sea mi carácter? ¿Quién quiero llegar a ser de aquí a varios años? Permita que el Espíritu Santo le hable de sus decisiones —pasadas, presentes y futuras— y de sus planes para usted.

Siembra para el Espíritu
En todas nuestras decisiones diarias, o "sembramos para la carne" o "sembramos para el Espíritu" (Gá 6.8). Con nuestras acciones plantamos las semillas que afectan la clase de persona en que nos estamos convirtiendo, y el grado de influencia que tendrán para Dios nuestras vidas.

"La carne" es la parte de nosotros que quiere vivir independientemente del Señor. Como seres humanos, todos tenemos que lidiar con la atracción de esta actitud; no la perdemos de forma automática cuando somos salvos.

Sin embargo, el Espíritu Santo nos libera de la esclavitud a la carne. Él comienza a transformarnos, para que podamos comenzar a vivir de acuerdo con la verdad. Las decisiones que tomamos contribuyen al proceso de transformación, y cuando están en consonancia con la obra del Espíritu Santo plantan la buena semilla que produce nuevo crecimiento.

Cuando usted está sembrando para el Espíritu, está aceptando la verdad de Dios en su corazón y su mente. Después comenzará a experimentar la vida eterna, que viene de conocer verdaderamente el Señor (Jn 17.3). El fruto del Espíritu crece de manera natural a partir de estas semillas de verdad divina, e influencia cada aspecto de su vida. Cuando usted alimenta su espíritu con las cosas de Dios, se volverá más fuerte, más semejante a Cristo, y más lleno de la vida de Él en sus pensamientos y acciones.


¿Está usted alimentando su espíritu y la fuente de su vida, o la parte que quiere actuar independientemente de Dios? ¿Siembran sus decisiones semillas que le están haciendo creer, haciéndole diferente, y dejando que fluyan de usted ríos de agua viva para alimentar a otros? (Jn 7.37-39)

La siembra de semillas espirituales

Leer JUAN 4.34-38

Piense en todo lo que contribuyó a que usted conociera a Cristo como su Señor y Salvador. Es probable que no sea posible contar todas las semillas espirituales que Dios usó para atraerle a Él. Y no todas las personas que sembraron buena semilla en su vida supieron lo que sería el resultado.

También tenemos la oportunidad y el privilegio, cada día, de sembrar semillas en las vidas de otros, tales como nuestros amigos, compañeros de trabajo, hijos, nietos o incluso extraños. Dios toma lo que usted planta y le añade algo. Él dirige a otros a sembrar más semillas o a "regar" el terreno. Poco a poco, la verdad se desarrolla en las vidas de esas personas. ¿Qué mejor cosa podría usted hacer?

Por el contrario, usted puede enfocarse en proporcionar a sus hijos mucha seguridad material y enviarlos a las mejores escuelas; sin embargo, eso no cuenta nada para la eternidad. Pero cuando siembra en sus vidas las cosas de Dios y las cualidades de Jesús, está alimentando sus espíritus. Las semillas que afectan sus corazones, su visión de Dios, y el deseo de marcar una diferencia para Él en el mundo, son las que producirán un fruto genuino y duradero, y una gran cosecha en sus vidas. Ya sea que usted vea o no los resultados, el Señor le está usando profundamente cuando siembra esta clase de cultivo.

Dios ve todas las cosas pequeñas que usted hace. El fruto del Espíritu —como la bondad, la paciencia y el dominio propio, se manifiesta a menudo de una manera que posiblemente otros jamás reconocerán. Pero las semillas espirituales hacen un impactante trabajo en el reino de Dios.

Tomado de: http://www.encontacto.org/

Nota personal: Cuando alguien le diga algo en contra de su vida, que usted sabe que son para destruir, diga: Yo no permito que esas palabras  afecten mi vida en el nombre de Jesús, digalo ya sea frente a esa persona o en un lugar a solas y declare todo lo contario sobre su vida! Ej.: Le dijeron que usted es un perdedor, diga: Yo no soy un perdedor, cancelo eso en el nombre de Jesús sobre mi vida, soy un vencedor en Cristo Jesús!

Rompa con la morosidad, rompa con aplazar lo que deba hacer hoy, renuncie a ello, renuncie a todo lo que le impida volar y lograr lo que Dios quiere para usted hoy!

No le gusta lo que cosecha? observe bien que esta sembrando.
Donde quiere estar en 5 años? que esta haciendo para llegar ahi?
Hay cosas que solo usted es quien debe hacerlas... no sabe cómo?, pidale a Dios que le enseñe.
Quiere más amor? siembre más amor.
Quiere recibir más? de más.
Tomese un tiempo con Dios a solas, El le revelará todo lo que no entienda y deba hacer.

Recuerde que la lucha no es contra carne ni sangre, sino contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (parafraseado) y entender que usted no vale por lo que otro diga, sino por lo que Dios dice de usted. Pidale que le ayude en lo que usted requiera, ya sea en una conducta, actitud, forma de pensar, en una situacion, etc.etc. Rindase a Dios y búsquelo de corazón.

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