domingo, 21 de junio de 2009

Deja de quejarte y resuelve

Si quieres caminar en la senda del éxito cada día necesitas convertirte en un experto en resolver problemas.
Por: Carmen Delgado

Son los problemas que resuelves cada día los que determinan el valor que tienes para tu empresa, para la sociedad y para el mundo. Si eres empresario, son los problemas que resuelve tu empresa los que determinan su valor para el mercado y, eventualmente, su supervivencia o desaparición. ¿Cuál es el problema que estás resolviendo con tu trabajo, servicio o empresa? Si no sabes cuál es el problema que estás resolviendo en el mundo, ¿cómo puedes vivir una vida exitosa? Tengo un amigo que tiene una empresa multimillonaria de producción de brocas (o barrenas) para taladros. Muchas veces pregunto en mis talleres: “Mi amigo, ¿en qué negocio está?” La gente contesta: “En el negocio de la industria metalúrgica”, o “En el negocio de vender brocas”. A lo que respondo: “¡Craso error!... ¡Mi amigo no está en el negocio de vender brocas… está en el negocio de hacer agujeros!” Muy pocos hombres compran brocas para coleccionarlas. Uno las compra para hacer agujeros. Si mi amigo no entiende esta gran verdad (que está en el negocio de hacer agujeros y ese es el problema que le toca resolver en el mundo), cuando los japoneses inventen una forma más efectiva de hacer agujeros con rayos láser, ¡él se irá a la quiebra! Eso fue exactamente lo que les ocurrió a las empresas que manufacturaban máquinas de escribir. Muchas de ellas se fueron a la quiebra porque no entendieron que el negocio de ellos no era la fabricación de máquinas de escribir. Ese no era el problema que estaban resolviendo. La gente no quería comprar máquinas de escribir, la gente quería crear documentos o procesar palabras. ¿Dónde está tu pasión? ¿Cuál es el problema que resolverás en el mundo? No te preocupes por cuánto dinero harás. El dinero viene por sí solo si uno persigue la pasión que Dios escribió en nuestros corazones aún desde antes de nacer. El gran problema en nuestros días es que la gran mayoría de la gente se siente infeliz en el trabajo que tiene. Estoy convencida de que Dios nos ha creado a cada uno de nosotros con una misión, un plan. Es cuando descubrimos esa misión, ese plan, ese problema que Él quiere que solucionemos, que nos sentimos realizados como personas. Tengo amigos que han hecho millones de dólares vendiendo chatarra. Otros, vendiendo motores, partes de computadoras o ropa de bebé. Conozco una viuda que educó a sus hijos hasta la universidad, amasó una fortuna y pagó por la construcción del edificio donde se congrega su iglesia vendiendo tortillas mejicanas. El secreto para caminar exitosamente en la vida no sólo se encuentra en resolver problemas, sino en resolver los problemas correctos. ¿Hay algo que te molesta? ¿Algo que “te pone los nervios de punta”? Quizás tú eres la única persona que debe resolver ese problema en el mundo. Leo Gerstenzang inventó los famosísimos hisopos o copos de algodón cuando vio a su esposa limpiando los oídos de su bebé con un palillo de dientes y pedacitos de algodón. Descubrió un problema y proveyó una solución. Ole Evintrude se enojó cuando su crema helada se derritió en su bote de remos antes de llegar a la isla donde pasarían un día de campo, lo que le llevó a inventar el motor fuera de borda. ¿Cuál es el problema que estás resolviendo en tu vida? ¿Cuál es la solución para la cual Dios te ha creado? Son los problemas que resuelves cada día, los que determinan el valor que tienes como persona para tu empresa, para la sociedad y para el mundo. Recuerda, no los problemas por los que te quejas, sino los que resuelves. ¡Deja de quejarte y resuelve! Tomado de la página: www.conceptosfinancieros.org/

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